Comenzamos la mañana en Venecia. Lo primero era hacerse con una tarjeta de transporte para los Vaporettos. Las hay de 12, 24, 36 horas, etc. Nosotros cogimos una de 36, para ese día y el siguiente. Es cara, pero los billetes sueltos aún lo son más, así que era mejor cogerla. Los Vaporettos son la mejor forma de transporte en Venecia. Cubren los trayectos por el gran canal, alrededor de Venecia, y los trayectos a las otras islas de la laguna. Los taxis-barca y las góndolas tienen precios prohibitivos. Nosotros decidimos ir a San Marcos dando la vuelta a la isla.
El Rialto es el puente principal de Venecia y el más antiguo. En sus alrededores se concentra la vida comercial de la ciudad. Hay multitud de puestecillos para turistas, mercados, restaurantes, heladerías... Y la vista del Gran canal desde él es impresionante.
Y tras un duro día por Venecia, cena tranquila en una trattoria, y vuelta al hotel con los pies reventados. Por cierto, las comidas en Venecia no son nada del otro mundo, caras y no demasiado buenas. Las trattorias sulen ser la mejor opción por su relación calidad-precio.
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